Es un tema ciertamente delicado, pero como viene siendo tradición en este blog, no nos vamos a poner una venda en los ojos y fingir que nada está pasando. Es importante opinar sobre aquello que te rodea, y el tema de los conflictos no creo que sea la excepción.
Todos hemos sido testigos o hemos vivido en nuestras propias carnes conflictos de algún tipo, y creo que hablo en nombre de la mayoría cuando digo que las soluciones a tomar por parte del centro dejan que desear: Si no se trata de una respuesta legal y formal, no suele haber mayores replesalias, y considero que este es el mayor de los problemas.
Puedo hablar, personalmente, de las consecuencias que tiene este trato tanto como testigo, como involucrado. Igual esto sorprende a alguno de vosotros, y es normal, la imagen que intento proyectar de mi a día de hoy es realmente quien soy, un chico optimista que no se quiere meter en demasiados líos (aunque de vez en cuando, con tal de pasarmelo bien con los compañeros, tome alguna acción un tanto polémica, pero siempre con bondad y nunca con intención de dañar a nadie), pero esa imagen del Raúl que conoceis se ha visto construida por un Raúl que ha tenido algún problema que otro en el pasado.
Me he metido en líos, a veces por mi culpa, otras veces no. La injusticia de castigar al inocente es algo que no voy a tratar porque creo que es un mal que necesariamente existe en tanto existen juicios, pero ser tú el causante del problema tiene consecuencias que hay que saber llevar.
Charlas con tutores, orientadores, compañeros de clase... Todo ello no termina en desvanecerse, y la culpa por los actos cometidos irremediablemente se va con todo ello. Soy una persona a la que le gusta reflexionar sobre sí misma, para ver si soy una persona ciertamente virtuosa a los ojos de los demás (tal vez piense demasiado en esto), ya que ante mi juicio, siempre soy una persona imperfecta, llena de defectos y cualidades que deberían repeler a todos, pero esta práctica es la que me ha llevado al martirio por los errores pasados, y gracias a la que hoy soy quien soy, son mis defectos claro está.
El causante del problema en la escuela, de no tener tanta conciencia de sí mismo como yo la tengo (no es algo positivo de lo que esté presumiendo, en gran parte viene de la baja autoestima y arrepentimiento constante), puede verse en una espiral de problemas de la que nunca salir ya que el colegio no le ofrece una oportunidad de hacer penitencia, un ejercicio de arrepentimiento y, sobre todo, aprendizaje, que te ayuda a ser mejor persona.
Y esta es la reflexión con la que me gustaría despedirme: Ya lo he dicho en alguna entrada anterior, así ya me conoceis un poquito mejor: Creo que cometer errores se debería celebrar: Una persona que no comete nunca errores no sería una persona de la que me fiaría ya que no ha tenido oportunidad de aprender y de ser mejor, y creo que el aprendizaje en base a los errores está muy mal llevado en la escuela.
Tal vez, y solo tal vez, si dejasemos de intentar "parecer fuertes" y actuasemos y juzgasemos con la bondad por delante, no existirían tantos problemas en las escuelas.
Nos vemos en las siguientes entradas.
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