Hoy hemos visto en clase cómo la cooperación tiene resultados positivos en la educación y socialización, mientras que las rivalidades pueden tener consecuencias... no muy positivas. En esta entrada pretendo defender aspectos positivos de la rivalidad y, por qué no, crear algo de "beef" con el interesante blog de uno de nuestros compañeros
Soy Raúl Mínguez y tengo una pregunta que hacerte: ¿Acaso un alumno no tiene derecho a la envidia que siente por sus compañeros?
-No! Dice el hombre de Washington, pertenece a los pobres
-No! Dice el hombre del Vaticano, la envidia es pecado
-No! Dice José Luis Romero Redondo, me manifiesto en contra de cualquier método de clasificación humana.
Yo rechacé esas respuestas! En vez de eso elegí algo distinto, elegí lo imposible, elegí... La Rivalidad.
Un sistema de enseñanza en el que los alumnos no tengan miedo de mostrar sus habilidades, donde los alumnos menos aventajados no sólo sueñen con superar a los empollones... y a través de la aceptación de los aspectos positivos la rivalidad, este también puede ser tu sistema!
En la superficie, el alumno espera que sus compañeros sean bondadosos, que su competición no lo analice en profundidad... Qué poco se diferencia del pervertido, que merodea por las calles en busca de alguna chica con demasiados buenos modales para no plantarle cara, a la que pueda acosar para su grotesca diversión: Es esta pues, la primera lanza que rompo a favor de la rivalidad y la comparación:
La escuela es inocente, o al menos eso nos gusta creer, pero está claro que más allá de las puertas que la limitan, el mundo no lo es: Nos llenamos la boca con que debemos preparar a los alumnos para ser ciudadanos, que nada más salir de la escuela sean capaces de adaptarse a la sociedad y, sin embargo, no tratamos ni de forma apasiva aquellos temas que nos son más comprometidos: El mundo es competitivo, y a través de la rivalidad, uno puede perfeccionar más fácilmente la identificación de los errores propios, y corregirlos antes de tiempo.
¿Cuál es la diferencia entre un buen y mal alumno? El alumno modelo construye, el malo pregunta: ¿Cuál es mi parte? Un alumno modelo crea, el malo dice: Cuidado no vayas a ofender a los demás.
Si algo positivo puede crear la (sana) rivalidad entre alumnos, es motivación: A los alumnos se les da libertad creativa en diferentes ámbitos de la educación y, especialmente en los adolescentes, la mayoría se sentirán más motivados para destacar en algún aspecto: La clara prueba de ello es esto, estas mismas líneas que estás leyendo, las que has leído de otros compañeros, y las que has escrito tu mismo/a, a pesar de que sea una actividad guiada por el profesor, todos tenemos esa motivación de mostrar nuestra propia seña de identidad:
Nuestro gran amigo "El sofista en la trinchera", con su cuidado lenguaje y su peculiar gusto para las miniaturas de sus textos.
Roberto, que con su estilo de escritura nos sitúa dentro de su obra: El cuaderno de campo de un peregrino ingeniero
Los títulos en latín de la compañera Laura.
El carácter más personal que puede verse en blogs como el de Manuel o Andrea
Incluso mi nuevo archienemigo, José Luis Romero Redondo, puede ser cómplice de este fenómeno: De su aversión a las etiquetas hay alguien que con un poco de maldad (comme moi), podría argumentar que esto es sólo un ejercicio dialéctico precisamente para ponerse la etiqueta de persona a la que no le gustan las etiquetas, y estos sólo son unos pocos ejemplos, estoy seguro que dentro de cada blog se podría identificar al menos un rasgo característico que lucha por ser visto.
El lector puede estar pensando: Yo creo que el dueño de este blog simplemente está proyectando: Yo no tengo la necesidad de destacar sobre nadie, me expreso de acuerdo a mi personalidad. Y es una visión que comparto, pero me parece algo inocente pensar que este deseo no influye, por poco que sea, en nuestra forma de actuar o expresarnos. Si hemos hablado toda la vida de enanos a lomos de gigantes, en este ámbito que estamos tratando diría que nuestra personalidad es un enano a hombros del autoconcepto, y clara es la importancia de este autoconcepto en la fase de mayor búsqueda de identidad, la adolescencia, por eso creo que la rivalidad puede, de alguna forma, inspirar o empujar al alumno al descubrimiento de sí mismo, muchas veces influenciado positiva o negativamente por los demás.
Al final, ¿Qué distingue al alumno modelo del mediocre? ¿Buenas notas?, ¿Prestigio? No... El alumno modelo elige, el mediocre obedece. ¿¡Enviaron a un alumno modelo a expresarse, o a uno mediocre a juzgarlo en silencio!?
El alumno valiente es aquel que no tiene miedo a mostarse como es, y esto inevitablemente termina reflejando la diversa naturaleza del ser humano, algo que muy posiblemente cree conflicto, ¿Pero deberíamos siempre tenerle miedo?
Desde aquí doy gracias a mi excompañero Miguel, por mostrarme su vacía visión del amor, que me ha impulsado a querer no ser como él, tal vez si no hubiese conocido esa faceta suya, hoy quizá estaría siguiendo sus pasos y cometiendo lo que considero que son errores.
La comparación y la rivalidad son, en mi opinión, necesarias para poder mirarnos los unos a los otros y aprender: Saber qué quieres ser, y qué no quieres ser. En el caso de nuestra actividad, y para justificar este ataque gratuito al pobre José Luis, no creo que nadie se vea perjudicado por señalar qué compañeros hacen un "mejor" trabajo en sus blogs, todo lo contrario, creo que esta competencia que nos hacemos los unos a los otros nos impulsa a superarnos, a valorarnos más a nosotros mismos y por supuesto, al trabajo de los demás.
Me gusta tu defensa de la rivalidad. Nada mejor que un rival digno. Recuerdo a Nietzsche: “Debéis tener enemigos a quienes odiar, no enemigos a quienes despreciar. Debéis enorgulleceros de vuestros enemigos…” (“Así habló Zaratustra”, ‘La guerra y los guerreros’)
ReplyDeletePues muy bien descrita la relación de la sana rivalidad con la motivación. Fomentar el fair play, ¿no? Como siempre, demuestras que te mojas y que eres natural. Enhorabuena
ReplyDeleteCompy me encanta esta entrada! La verdad que eres una caja de sorpresas y me gusta mucho cómo escribes y cómo defiendes lo que crees. Cada vez que alguien comenta algo en clase, ya sea alumno o profe, y tu no estas de acuerdo soltando la frase "pues NO! Yo no estoy de acuerdo con eso", inmediatamente fijo toda mi atención en lo que vas a rebatir y pienso: "Joder con este chico, que manera tiene de defender sus opiniones". ¡Enhorabuena Raúl por ser tan crítico-constructivo!
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